Hernias

Hernias

Una hernia por lo regular es un saco formado por el revestimiento de la cavidad abdominal (peritoneo). El saco sobresale a través de un agujero o área débil en la fascia, la capa fuerte de la pared abdominal que rodea el músculo.

Los tipos de hernias se basan en el lugar en donde ocurren:

Hernia femoral: aparece como una protuberancia en la parte superior del muslo. Este tipo es más común en las mujeres que en los hombres.
Hernia hiatal: se presenta en la parte superior del estómago.
Hernia quirúrgica o eventración: puede darse a través de una cicatriz si usted ha tenido una cirugía abdominal en el pasado.
Hernia inguinal: aparece como una protuberancia en la ingle. Este tipo es más común en los hombres que en las mujeres. La protuberancia puede bajar hasta el escroto.
Hernia umbilical: aparece como una protuberancia alrededor del ombligo. Sucede cuando el músculo alrededor del ombligo no se cierra completamente.

Causas, incidencia y factores de riesgo

Usualmente, no hay causa aparente para la aparición de una hernia, aunque algunas veces se presentan por levantar objetos pesados. Las hernias pueden estar presentes al nacer, pero es posible que la protuberancia no sea notoria hasta más adelante en la vida. Algunos pacientes pueden tener antecedentes familiares de hernias.

Las hernias se pueden observar en bebés y niños. Esto puede suceder cuando el revestimiento alrededor de los órganos en el abdomen no se cierra apropiadamente antes del nacimiento. Aproximadamente 5 de cada 100 niños presentan hernias inguinales (más en los niños que en las niñas). Es posible que algunos niños no presenten síntomas hasta la vida adulta.

Cualquier actividad o problema médico que incremente la presión en el tejido y los músculos de la pared abdominal puede llevar a una hernia, incluyendo:

Estreñimiento crónico, esfuerzo en las evacuaciones
Tos crónica
Fibrosis quística
Agrandamiento de la próstata, esfuerzo para orinar
Sobrepeso
Levantar objetos pesados
Desnutrición
Tabaquismo
Esfuerzo excesivo
Criptorquidia

Síntomas

La mayoría de las veces no hay ningún síntoma. Sin embargo, algunas veces, puede haber molestia o dolor. La molestia puede ser peor al pararse, hacer esfuerzo o levantar objetos pesados.

Aunque una hernia puede causar sólo una leve molestia, puede agrandarse y resultar estrangulada. Esto significa que el tejido está atascado dentro del orificio y que su riego sanguíneo se ha suspendido. Si esto sucede, se necesitará una cirugía urgente.

Signos y exámenes

Un médico puede confirmar la presencia de una hernia durante un examen físico. La masa puede aumentar su tamaño al toser, agacharse, levantar algo o al hacer un esfuerzo.

Es posible que la hernia (protuberancia) no sea visible en bebés y niños, excepto cuando están llorando o tosiendo. En algunos casos, se puede necesitar una ecografía para buscar una.

Tratamiento

La cirugía es el único tratamiento con el que se puede reparar una hernia de manera permanente. Sin embargo, algunas veces, se pueden vigilar las hernias menores que no presentan síntomas. La cirugía puede tener más riesgo para pacientes con problemas de salud graves.

La cirugía por lo regular se emplea para hernias que se están agrandando o que son dolorosas. En la operación, se asegura el tejido debilitado de la pared abdominal (fascia) y se cierra cualquier agujero. En la actualidad, la mayoría de las hernias se cierran con parches de tela para sellar los orificios.

Una hernia umbilical que no haya logrado sanar por sí sola cuando su hijo tenga 5 años de edad se puede reparar.

Algunas veces, se necesita cirugía de emergencia. El saco que contiene el intestino u otro tejido puede resultar atascado en el agujero en la pared abdominal. Si éste no puede reintroducirse a través del agujero, esto puede llevar a que se presente estrangulamiento de un asa del intestino. Sin tratamiento, esta porción del intestino muere debido a que pierde su riego sanguíneo.

En lugar de la cirugía abierta, algunas hernias se pueden reparar usando un laparoscopio (cámara). Las ventajas de usar una cámara comprenden incisiones quirúrgicas pequeñas, recuperación más rápida y menos dolor después del procedimiento.

Para obtener información sobre la cirugía de una hernia, ver también:

Reparación de hernia femoral
Reparación de hernia inguinal
Reparación de hernia umbilical

Expectativas (pronóstico)

Generalmente el pronóstico es bueno si la hernia recibe tratamiento. La recurrencia es poco común (1 al 3%).

Complicaciones

En raras ocasiones, la reparación de una hernia inguinal puede dañar las estructuras involucradas en el funcionamiento de los testículos de un hombre.

Otro riesgo de la cirugía de una hernia es el daño a los nervios, que puede llevar a que se presente insensibilidad en el área de la ingle.

El mayor riesgo de la cirugía de una hernia es otra hernia, la cual se puede presentar años más tarde.

Situaciones que requieren asistencia médica

Consulte con el médico de inmediato si:

Tiene una hernia dolorosa y los contenidos no se pueden reintroducir en el abdomen usando presión suave.
Presenta náuseas, vómitos o fiebre junto con la hernia dolorosa.
Tiene una hernia que se torna de color rojo, púrpura, oscuro o cambia de color
Llame al médico si:

Tiene dolor, inflamación o una protuberancia en la ingle.
Tiene una protuberancia o hinchazón en la ingle o el ombligo o que está relacionada con una incisión quirúrgica previa.

Prevención

Utilizar técnicas apropiadas para levantar peso.
Bajar de peso en caso de sobrepeso.
Aliviar o evitar el estreñimiento comiendo mucha fibra, bebiendo mucho líquido, yendo al baño tan pronto se siente ganas y haciendo ejercicio físico regularmente.
Los hombres deben acudir al médico si hacen esfuerzo con la micción, ya que esto puede ser un síntoma de un agrandamiento de la próstata.

Nombres alternativos

Hernia inguinal; Hernia en la ingle; Ruptura; Estrangulación; Encarcelación

Referencias
Turnage RH, Richardson KA, Li BD, McDonald JC. Abdominal wall, umbilicus, peritoneum, mesenteries, omentum, and retroperitoneum. In: Townsend CM, Beauchamp RD, Evers BM, Mattox KL, eds. Sabiston Textbook of Surgery. 18th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier;2008:chap 43.